martes, 4 de diciembre de 2012

CRÓNICA Y GALERÍA DE LA I CAPEA BENÉFICA DE LAS AGUAS

Imagen de la grada.
No existe calificativo que logre definir, en esencia, la jornada tan completa que los Hermanos de Las Aguas tuvimos la suerte de vivir el pasado sábado, en donde solo el frío se atrevió a poner la nota discordante a un día brillante día, ante un marco incomparable...y encima, por una noble causa.

Durante las semanas previas, las gestiones de Nº Hº D. Luis Garzón Angelina, sin el que nos hubiese sido absolutamente imposible organizar el evento y la colaboración de la Hacienda La Moharra, hacían vislumbrar las firmes bases para el éxito y, como no, los Hermanos de Las Aguas respondieron en masa a la llamada de la solidaridad, para llenar de vida este ilusionante acto.

Antonio  Arrondo y Luis Garzón.

Doscientas y muchas personas (250 habían confirmado su asistencia) fueron llenando poco a poco la Hacienda, una vez que el medio día se iba alejando del minutero, poniéndole el color festivo a una jornada que olía a nuestras propias raíces culturales, al blanco de la cal que nos rodeaba, a la degustación gastronómica de la tierra y al mundo del toro en su variante más popular.

Desde Aracena, gracias a las manos de nuestro querido hermano Francisco Fernández Guerra, siempre a disposición de su Hermandad, disfrutamos de una memorable faena culinaria. Verónicas de chacina de la sierra para rematar con largas tandas de sus mejores guisos, que se merecieron el clamor del respetable.

Tras el almuerzo, como en las grandes citas de tauromaquia, el reloj de los días señalados marca las cinco en punto de la tarde, en la imaginaria taquilla el cartel de no hay billetes y los nervios de quien pisa plaza mientras espera la salida del morlaco.

Carlos Corradini
El novillero Carlos Corradini quiso compartir con nosotros tan especial encuentro, y allí, en el burladero de matadores, esperaba la becerra que los Hermanos Garzón habían escogido para nosotros. Como si de una clase práctica de El Cossío se tratase, a por ella se fue Corradini, para darle una tanda de verónicas, rematada por una media de las de antaño y, tras probar su bravura en el caballo, desplegar su toreo de muleta con la profundidad y templaza de cualquier matador consagrado.

A partir de aquí, una vez abierta la veda, se pueden imaginar. Todo. Desde el toreo despacio y compuesto de nuestro capataz, Javier Díaz Espinosa, la capa a la limón y a regañadientes de nuestro Hermano Mayor, la torpeza con los trastos de quien suscribe y algún que otro revolcón como toda capea que se precie, ante la capa siempre al quite del maestro Rafael Ronquillo...¡Que pena que por una maldita lesión ya no te veamos de luces en la Maestranza, como tantas tardes de junio, Rafael!.

Parte del Grupo Joven.
Y como fin de fiesta, como no podía ser de otra forma el cante y el baile de todos los presentes, porque el cante y el toro siempre se han unido en los momentos de duende, como bien nos gusta recordar a aquellos que hemos visto al de la Puebla en tierras gaditanas, en aquella plaza que Joselito el Gallo convirtió en catedral con tan solo una frase.

Un acto, el de esta Capea Benéfica, que quedará grabado en la memoria de los hermanos y devotos de Las Aguas, como toda tarde de gloria que se precie, en donde, tras cortas las dos orejas y el rabo, nuestros proyectos de Caridad salieron a hombros por la puerta grande...para salir a buscar a quien mas lo necesite.

Una tarde, una convivencia y una fiesta para recordar...hasta el año que viene, como está mandado. ¡Con permiso de la autoridad y si el tiempo lo permite!.



















Fotos: José A. Caballero.